HUELLAS
DE SU
HIST0RIA
RECOPILACIÓN DE DATOS REALIZADA POR:
LORENZO PEREZ GONZALEZ
(AGOSTO 1997,AUMENTADA Y CORREGIDA EN DICIEMBRE DE 2002)
NOTAS DEL AUTOR: ¿Por qué el título HUELLAS DE SU HISTORIA?
Huellas porque, a falta de documentos que nos hablen directamente de acontecimientos, sucesos, etc., sólo dispongo de “notas y pinceladas donde algunas veces aparece o se hace referencia a estas tierras”, en definitiva “huellas” que nos puedan conducir a imaginar esos acontecimientos, sucesos, etc., que han podido ocurrir en nuestro pueblo. Y esto es lo que se pretende con este trabajo: poner a disposición del lector todas esas huellas para que su imaginación haga el resto e invitarle a que siga investigando y encontrar documentos que enriquezcan esta historia. Se han elaborado, pues, estas páginas a partir de informes, libros, artículos de periódicos, etc., que me han ido llegando durante varios años y a la búsqueda de documentos originales que se encuentran en el Archivo municipal (tarea difícil para mí, dada mi impericia en la lectura de estos documentos). Recopilado todo, lo he ordenado de alguna manera. Terminado el primer trabajo en agosto de 1.997, se corrigen errores y erratas y se aumentan más datos entre marzo y diciembre de 2.002. No es mi pretensión editarlo ni publicarlo. Sólo lo pongo a disposición de los vecinos que deseen fotocopiarlo para que conozcan algo de su historia y de sus raíces y puedan aprender de ellas, corregir errores y avanzar en el futuro.
Lorenzo Pérez González, 24 de diciembre de 2.002
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Fuentes de información: - ARCHIVO MUNICIPAL: Ordenado por materias y legajos. - MANUEL MENDOZA PONCE: “COMPENDIO HISTÓRICO DE CUMBRES DE SAN BARTOLOMÉ”. -
VICENTE CORTÉS ALONSO: “HUELVA, POBLACIÓN Y ESTRUCTURA”, AÑO 1.976 (INSTITUTO DE ESTUDIOS ONUBENSES DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUELVA). -
PASCUAL MADOZ: “DICCIONARIO GEOGRÁFICO-ESTADÍSTICO-HISTÓRICO DE ESPAÑA” (SIGLO XIX). -
RODOLFO RECIO MOYA: “LOS NOMBRES DE MI TIERRA (XIX)”, ARTÍCULO DEL PRIÓDICO “HUELVA INFORMACIÓN” DEL 31 DE JULIO DE 1.994. -
NURIA CASQUETE DE PRADO: “LOS CASTILLOS DE LA SIERRA NORTE DE SEVILLA EN LA BAJA EDAD MEDIA". -
FELICIDAD MENDOZA PONCE: “SOBRE LA EXISTENCIA DEL PARTE-GRITO DE GUERRA DEL ALCALDE DE MÓSTOLES. MAYO DE 1808”. -
FRANCISCO ESPINOSA MAESTRE: LA GUERRA CIVIL EN HUELVA”. AÑO 1996.
Colaboración especial y agradecimiento: ILTMO. AYUNTAMIENTO DE CUMBRES DE SAN BARTOLOMÉ.
INDICE
CAPÍTULO I: Situación, límites y descripción.
CAPÍTULO II: Raíces históricas.
CAPÍTULO III: Nuevos pobladores.
CAPÍTULO IV: Formas de vida y subsistencia.
CAPÍTULO V: Monumentos y parajes típicos.
CAPÍTULO VI: Fiestas y gastronomía.
CAPÍTULO VII: Datos de la guerra 1.936-1.939.
ANEXO 1: Ermita de la Aliseda.
ANEXO 2: Testamento del clérigo Gonzalo Navarro en 1.581.
ANEXO 3: Pergamino de las “Reglas de la Hermandad de la Vera-Cruz”, año 1.605.
ANEXO 4: Estudio sobre la carta del Alcalde de Móstoles, año 1.808.
ANEXO 5: Cartel de las fiestas de agosto de 1.987 con las capeas dentro del castillo. ------------------------- o -------------------------
CAPÍTULO I: SITUACIÓN, LÍMITES Y DESCRIPCIÓN
Cumbres de San Bartolomé es una Villa de la provincia de Huelva, partido judicial de Aracena, situada en la parte occidental de la Sierra en una altura con declive al Oeste, a 582 metros de altitud, bastante ventilada y con clima sano, a 140 kilómetros de la capital y con una población actual de 587 habitantes. Va haciendo frontera por el N. con la Comunidad Extremeña mediante el río Sillo, limita al O. con Encinasola, al E. con Cumbres de Enmedio y Cumbres Mayores y al S. con La Nava y Aroche. Su arquitectura es sencilla, de casas blancas, generalmente de un solo piso “con doblado que servían para depósito de granos y semillas” (Madoz), con calles despejadas y alegres, tres plazas ajardinadas distribuidas en puntos diversos y una fuente antigua de donde se surtían los vecinos en tiempos pasados y que aún sigue usándose por la gran calidad de sus aguas, a pesar de la instalación de agua corriente en cada casa. “Pasa por su término, a distancia de una legua, la Ribera de Múrtiga, de bastantes aguas y curso perenne. Marchando en dirección O. por el Norte, como antes se describe, corre el río Sillo, de crecido caudal, pero interrumpido su curso en las estaciones calurosas, y es confluente con la ribera arriba mencionada” (Madoz). “El término es de montaña casi en su totalidad, con algunas llanuras. Son ramificaciones de Sierra Morena que, unida a los Picos de Aroche y Encinasola se introducen en Portugal formando la Cuenca del Guadiana” (Madoz). Las principales alturas son: Al Sur la Sierra del Álamo (628 m.) y Pico del Cañito (573 m.); al Se., el Pico de Montoso (672 m.); al Este el Palo Ahorcado (616 m.); al Oeste la Alcornocosa (591 m.) y los Rochos del Puerto (550 m.). La totalidad de su término (14.200 Has.) forma parte del “Parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche”, y está sembrado de cortijos y restos de antiguas chozas de pastores. “El terreno generalmente es flojo, árido y en parte estéril y su fertilidad puede graduarse en proporción de 5 fanegas por una” (descripción de Madoz en el s. XIX). “Actualmente el término está constituido por extensos encinares adehesados, que conforman su mayor parte, la gran vegetación de la Ribera (álamos, mimbres, alisos, sauces y chopos) y pequeños cercados de almendros, olivos y secano. Todo este entorno conforma un paisaje idóneo para el disfrute pausado de la naturaleza. Este ecosistema fue seriamente dañado por el voraz avance del Eucalipto hace unas décadas, aunque quedó contenido no afectando a demasiada extensión en esta zona. Quede como caso patético e ilustrativo la completa destrucción de la Dehesa Los Valles” (M. M.). Geológicamente su territorio se remonta, en su mayor parte, al período Cámbrico, hace más de 500 millones de años. Posee dos franjas de roca de tipo granítico que a veces asoman a la superficie en la parte central y norte. Son frecuentes las pizarras, areniscas y calcitas.En definitiva suelos en general muy pobres para la agricultura y más aptos para la arboleda.
CAPÍTULO II: RAICES HISTÓTICAS
Al estar la historia de Huelva inmersa en la esfera absorbente de Sevilla, la historia de Cumbres de San Bartolomé hay que buscarla en notas y pinceladas donde algunas veces aparece o hace referencias a estas tierras y sacar conclusiones de ello” (M. M.). Según el libro “Huelva, población y estructura” de Vicente Cortés Alonso, Cumbres de San Bartolomé aparece como de Huelva por primera vez en una lámina cartográfica (el mapa de Hortelius) hecha en 1.579: Entre otros se incluyen Cumbres de Enmedio, Cumbres Mayores y Cumbres de San Bartolomé. Los archivos de la Parroquia y del Ayuntamiento comienzan a mediados del Siglo XVI. “Documentos y papeles contenidos en un estante que existía en la Iglesia Parroquial de San Bartolomé fueron puestos a disposición del Ayuntamiento por el párroco D. Francisco Muñoz de la Vera en el año 1.886”. Puesto a investigar en el Archivo Municipal, aparecen bastantes de éstos, p.e. la Carta del Alcalde de Móstoles (sobre la que hacemos mención especial en anexo de este trabajo) y otros que voy citando a lo largo de estas páginas. Algunos originales se han perdido y de otros me resulta muy difícil descifrarlos ya que, como advierto en el prólogo, no soy perito en la materia. De antes del siglo XIII (años 1.200), al que se refiere este compendio, podemos saber o imaginarnos algo a través de los pocos restos arqueológicos que se encuentran catalogados en el Archivo Municipal y por monedas y objetos romanos encontrados por los alrededores. Según entendidos en el tema, el nombre “Los Villares” (hay una cerca con este nombre en Cumbres de Enmedio) indica asentamientos romanos. Hay quien dice que lo que hoy se denomina “El Camino Largo”, en tiempos pasados tenía tipo de Calzada Romana. En dicho catálogo (Legajo 104, 2.11.2) se citan tumbas y yacimientos prehistóricos de la Edad del Bronce en la “Cerca del Aguila”, Sierra de Santa María, Cortijo de Gonzalo Gil, Risco de Los Bailones y Sierra Gorda.Asentamientos y necrópolis romanas en la Llano de Burgos (entre Pelos Negros y el Múrtiga), galería de la “Huerta del Cebollar” y bajos de la Sierra del Alamo (siglos III-IV antes de Cristo).De época medieval (siglos XIII y sgtes.), aparte de escoriales cerca del Castillo de Torres (p.e. “Cerca la Monea) que sirvieron para fundición de hierro, destaca lo que fueron enterramientos en el Cortijo de “Aguacho”, reseñando que puede ser una necrópolis (cementerio) de un asentamiento cercano, posiblemente “la Aldea de La Aliseda”. ¿Quiere esto decir que en La Aliseda hubo una aldea o asentamiento medieval? En el citado catálogo no está reseñado de forma expresa el lugar exacto, pero sí dice “cerca de la aldea de La Aliseda” como dándolo por cierto. Los actuales dueños de la finca corroboran que se encuentran restos de construcciones o tumbas en los alrededores. También se encuentran repartidos por el término algunos restos de minas y bastantes hornos de cal de obra. Algunos autores explican el origen de la población a partir del yacimiento de Nertóbriga (en la Beturia céltica), en Fregenal de la Sierra, que en la dominación romana se llamaría Concordia Julia Nertóbriga. Al destruirse o abandonarse este núcleo a finales del siglo V, sus habitantes se trasladarían del Valle refugiándose en zonas cercanas más altas, originando así pequeñas aldeas, que podrían ser las “Cumbres”. Posteriormente se poblaría por pastores bereberes, dado el carácter orográfico de la zona, propio para el pastoreo. “De los tiempos finales de los Reinos de Taifas andalusíes, el de Niebla es el que nos interesa, ya que a comienzos del Siglo XIII éste se extendía desde el Cabo de San Vicente hasta la desembocadura del Guadalquivir, limitando al N. con Sierra Morena y al E. con el Reino de Sevilla. Este primitivo ámbito territorial quedó reducido al espacio geográfico comprendido entre el río Odiel y el Aljarafe cuando en tiempos del Rey Sancho II, y en concreto entre los años 1.238 y 1.240, la Orden del Hospital ocupó Serpa, Moura, Aracena y Aroche, y la Orden de Santiago recibió Ayamonte, Mértola y Alájar. Estas conquistas iban a abrir una cruda y prolongada polémica fronteriza entre Castilla y Portugal a ambos lados del Guadiana, pues ambos reinos no tenían firmado ningún tratado de expansión y por ello los límites fronterizos tenían que ser, y de hecho lo fueron, imprecisos. Esta polémica fronteriza se prolongó durante varios siglos afectando de forma directa y penosa a toda la Sierra de Aroche. Caída Sevilla en manos cristianas en 1.248, iba a convertirse en el centro de poder del que dependería toda esta zona que, desde un primer momento fue tierra de realengo, esto es, sometida a la jurisdicción directa de la corona, encontrándose no obstante, rodeada por las tierras extremeñas de la Orden de Santiago al Norte, y por los dominios del Conde de Niebla al Sur. Aún ante el avance señorial de los siglos XVII y XVIII, se mantuvo siempre bajo jurisdicción real” (M. M.). “De inmediato a la conquista de Sevilla por el rey Fernando III de Castilla en 1.248, se funda la Parroquia de San Bartolomé en el año 1.249, “provista durante ocho meses por el Rey y en los cuatro restantes por el diocesano” (Madoz). Esto lo confirma la obra de Joaquín Hazañas por la que “sabemos que Cumbres de San Bartolomé existe ya en el Siglo XIII – o se funda en esa época -, como perteneciente al provisorato de Aracena, en unión de las otras Cumbres, La Nava, Cortegana y Encinasola, y todas ellas, al Arcedianato de Reina, a raiz de la reorganización eclesiástica propiciada por Don Remondo, primer Obispo de Sevilla, tras la expulsión de los musulmanes de la Ciudad de la Giralda. Y, en efecto, el nombre de San Bartolomé, título de su Parroquia y sobrenombre del pueblo, corresponde al apóstol que Cristo a una de las o iglesias sevillanas de repoblación allá por el año 1.248. Será venerado también en Santa Olalla del Cala y Alájar” (Rodolfo Recio Moya). Por tanto, parece totalmente cierta la tradición oral por la que esta “Cumbres” se llamaba antes “Cumbres de Abajo ó Cumbres Bajas”, nombre que aún persiste. “Al haberse mantenido siempre bajo jurisdicción real, en 1.255 Aroche recibió el Fuero (Corpus jurídico y administrativo) de manos de Alfonso X. Muerto éste en 1.284, el nuevo rey, Sancho IV, se encargó de proseguir la labor defensiva de su padre, preocupándose de que el Concejo de Sevilla construyese en el año 1.293 fortalezas en sus villas serranas de Santa Olalla, Aroche y Las Cumbres “para que la Sierra pueda ser guardada muy bien”. Hemos por tanto de situar la construcción del Castillo principal de Cumbres Mayores y la Fortaleza de Cumbres de San Bartolomé hacia la última década del siglo XIII. En el siglo siguiente, en 1.334, Alfonso XI revitalizó el sistema defensivo de la Sierra contra Portugal, designando alcaides para las fortalezas de Torres, Encinasola, etc.” (M. M.)
CAPÍTULO III: NUEVOS POBLADORES
“Zona presumiblemente poblada en época musulmana por bereberes, dado su carácter orográfico, favorable para el pastoreo, su estado de poblamiento iba a cambiar radicalmente a partir de su reconquista. La mayoría de sus nuevos pobladores, procedentes de tierras leonesas, astures y castellanas, no soportaría fácilmente la inestabilidad fronteriza con Portugal, y los problemas de ello derivados fueron el mayor inconveniente para que los asentamientos poblacionales fueran duraderos y estables. Sabemos, por ejemplo, que a fines del siglo XV La Nava, Cumbres de Enmedio y Encinasola estaban destruidos y despoblados, y Aroche, Cortegana y Cumbres de San Bartolomé, se hallaban en grave peligro”. (M. M.) A los problemas derivados de esta guerra hay que unir dos hechos importantes que aumentarían estas calamidades: La corrupción y abuso de poder de algunos Alcaides y soldados de los castillos y, sobre todo, las cuadrillas de bandoleros y malhechores del Castillo de Torres que causaron a la población “pobreza, cansancio y despoblamiento”. El siguiente relato (muy resumido) se lo debemos a Nuria Casquete de Prado en su libro “Los castillos de la Sierra Norte de Sevilla en la baja edad media”: “Durante varias décadas –aproximadamente desde1.440 a 1.477- hubo grupos de malhechores que provocaron casi el total abandono de algunas villas en la Sierra, ante la incapacidad de Sevilla de controlarlos. Tal vez fuera el sometimiento en 1.477 de los malhechores refugiados en el Castillo de Torres, foco conflictivo principal, lo que, al menos en parte, hizo disminuir el bandidaje en la Sierra” (p. 111). “Estos grupos estaban compuestos por personajes de todos los grupos sociales: Vecinos de las villas, regimientos, capitanes de frontera, incluso en ciertas ocasiones los propios alcaides o los hombres puestos por ellos” (p. 109). “Sus acciones se concretan en el saqueo de las villas y de sus ganados y en el ataque a sus castillos... para combatir con los vecinos de la villa refugiados en la fortaleza”. “Empleaban piedras y saetas, estableciendo a veces un cerco que duraba varios días” (p. 110). “El caso sin duda más interesante en la Sierra es el del capitán Ferrand Mejías, apodado el Luengo, que hizo de la Fortaleza de Torres su refugio”. “Esta fortaleza había estado un tiempo poblada. Tal vez la guerra, alguna epidemia o el hambre terminaron con la población. Puede que, al quedarse sin habitantes, fuese lo que constituyera, por su aislamiento, el lugar perfecto para refugio de bandidos” (p. 111). “Ya en 1.453 aparecen en Sevilla numerosas denuncias acusando de malhechores a vecinos de Aroche, Fregenal, Encinasola y Cumbres de San Bartolomé, refugiados en el Castillo desde donde actuaban por toda la Sierra. Ferrand Mejías aparece en 1.476 (20 años después) asociado al Castillo de Torres, al que tomó como refugio, uniéndose a los bandoleros y formando una cuadrilla”. (p.112) Este, además, tenía contactos con la Orden de Santiago y con Portugal que le suministraba armas, lo que hace sospechar que sus intenciones iban más allá del simple pillaje (p.114). “Las quejas se sucederán también desde Fregenal y Cumbres de San Bartolomé, lugar éste último en donde llegó a entablar combate con ciertos vecinos en el castillo lanzándoles piedras, espingardas y saetas, causando la muerte de uno de ellos y quemando posteriormente sus casas” (p.112). Hubo intentos de negociaciones por parte del Duque de Medinasidonia fracasados, teniendo por toda respuesta el robo de cien vacas en Aracena. “Varios ataques del Duque sobre Torres fracasaron también, logrando únicamente matar a dos hombres de Mejías y capturar a otros tres”. El despoblamiento de la tierra por estas fechas empezaba a ser alarmante” (p.112). Tras varias negociaciones con La Orden de Santiago, en abril de 1.477, ésta recupera el Castillo de Torres, perdiéndose así todo rastro de Ferrand Mejías y de los bandoleros” (p. 113). En 1.479, con la firma del Tratado de Alcaçobas-Toledo, que dio fin al conflicto bélico con Portugal, se acuerda que la citada Orden de Santiago siga con su mantenimiento y defensa. En 1.489 se devuelva de nuevo al reino de Sevilla (p. 113). Hasta aquí el breve resumen del libro antes citado. En la Enciclopedia de Editorial Planeta “Historia de Andalucía III”, pag. 106 y 108 se corrobora lo dicho sobre los movimientos migratorios y abandono de las poblaciones de la Sierra, citando expresamente a Cumbres de San Bartolomé en varias ocasiones como ejemplo típico. Dice así: En el último cuarto del Siglo XV “la guerra entre Castilla y Portugal y los impuestos (alcabalas) incide negativamente en los pueblos de la Sierra de Huelva, algunos de los cuales ya venían acusando el fenómeno con anterioridad. Pero el ejemplo más contundente es la declaración de un escribano de Cumbres de S. Bartolomé en 1.499: “... que de seys ó syete años a esta parte se an ydo treynta vezinos deste logar, e des que las alcavalas (impuestos) se encabeçaron se an ydo çient vezinos; e que agora se desavenzindan diez vezinos, e otros muchos que están para se yr, en tal manera que este logar se quiere despoblar” (p.106).“Son asimismo importantes los factores de naturaleza económica que actúan sobre la emigración; ... los de Cumbres de San Bartolomé los hemos visto emigrando a Jimena de la Frontera”. “En 1.486 unos cuarenta vecinos de Cumbres de S. Bartolomé emigran a Jimena de la Frontera (Cádiz)” (p. 108). Sobre este último hecho, una periodista de ese lugar está investigando en estos días (noviembre 2.002) las posibles huellas y costumbres que nuestros emigrantes hubiesen dejado en Jimena en cuanto apellidos, gastronomía etc. Sobre mediados del siglo XVI, estas tierras semiabandonadas pasaron a manos de clérigos y otros potentados, según veremos más adelante en el Testamento del párroco Gonzalo Navarro, otorgado en 1.581. De aquellos pobladores astures, leoneses, castellanos y gallegos aún se conservan las huellas siguientes:1. Como nombres gallegos de sus parajes:- Los Bailones (en gallego = bailarons, bailaroca, bailarote; palabras que significan en castellano “agalla del roble).- El Chuzo (en gallego = chouso, que significa “porción de monte viña, prado, huerta, campo o heredad que está cerrada o cercada alrededor).- Finca “La Gallega”. 2. Como nombres leoneses:- El Boquerón (del nombre asturiano boquerón, que significa “collado estrecho”, o de la palabra boqueirón, que significa “abertura ancha entre dos montañas”).- Redina (diminutivo leonés – “ina” sobre el castellano “red”, que significa “aprisco o redil”). 3. Como nombres castellanos:- Finca La Castellana.
“ El descenso demográfico que había comenzado a mediados del siglo XIII se agravó con la revuelta mudéjar de 1.264, continuó con los ciclos epidémicos de las pestes durante el siglo XIV y comenzó a recuperarse a fines del siglo XV como podemos constatar a través de algunos padrones conocidos:
AÑO VECINOS HABITANTES
Siglo XV 1.246 56 280
1.486 207 1.035
Siglo XVI 1.534 308 1.540
1.591 377 1.885
Esta recuperación demográfica continúa hasta fines del XVI y vuelve a caer a mediados del XVII debido a la guerra sucesoria con Portugal, unida a la corona española entre 1.580 y segregada nuevamente en 1.640. Las continuas levas para la milicia y la consiguiente pérdida de brazos para la agricultura dejaría nuevamente a la población de Cumbres de San Bartolomé y a toda la Sierra seriamente mermada” (M. M.)
En esta guerra ocurre en la Villa un hecho singular, según consta en el Archivo Municipal (Legajo 200, 3.4.1.4, folios 37 al 40).
El uno de diciembre de 1.643 (reinando Felipe IV), se produce una gran ofensiva portuguesa, apostándose sus soldados en el Llano Concejo de la Dehesa de Encima, lo que provocó que los vecinos del pueblo entraran en el Castillo para aprovisionarse de armas y municiones. En un descuido de un tal “Román” por una mecha encendida, estalló el polvorín “muriendo quemados más de cien personas de todas clases de esta Villa”, quemándose así mismo un Arca donde estaban la mayor parte de los documentos de la misma y sus privilegios y de las tres dehesas que poseía, “y que porque no se supiese la desgracia que había acaecido, se enterraron los cuerpos sin campanas; y con el estampido del barril se fue hoy el enemigo y no entró en esta Villa”.
Este hecho acarrea un descenso bien acusado de la población y gran empobrecimiento de la misma (que quedó sin mano de obra), lo que provocará que el Cabildo Municipal luche durante muchos años (hasta 1.745) haciendo continuas peticiones a los Reyes para que le moderasen los impuestos y los cupos de soldados.
Muestro a continuación el padrón de vecinos que envían al Rey (a petición del mismo) en el año 1.693 (50 años después del suceso), que nos da idea de dicho descenso y empobrecimiento (Legajo 200, 3.4.1.4., folios 5 y 6):
Nobles = 7; Viudas, solteras y casadas con sus maridos ausentes = 31; Militares (oficiales y soldados) = 32; Eclesiásticos (incluido el sacristán) = 5; Vecinos Pecheros (incluidos los Alcaldes y demás oficiales del Cabildo) = 75.
Todo lo anterior suma un total de 154 vecinos, equivalente a unos 765 habitantes. Las posesiones de los Pecheros (campesinos) ascienden a 258.305 reales de Vellón. Finalmente, en el año 1.745 el Rey Felipe V (folios 57 y sigttes), después de cerciorarse bien de la verdad de los hechos y de los censos, otorga una real provisión para que se moderen las sumas en el repartimiento de “los servicios ordinarios y extraordinarios”.
Por esos años nace en Cumbres de San Bartolomé Antón Sánchez Delgado.
En el libro “José Matías Delgado de León” y el movimiento insurgente de 1.811, se dice: “En el archivo parroquial de Cumbres de S. Bartolomé existe una partida de bautismo de Antón Sánchez Delgado... Fue bautizado este hidalgo el 2 de enero de 1.646 (tres años después del incendio del castillo) en la vetusta parroquia que subsiste con pocas variantes y en una hermosa pila monolítica, donde se cristianaron muchas generaciones de Delgados” (pag. 45 – 46).
Este hombre emigra a América, donde se casó con una criolla guatemalteca (Dª Petronila de Cárdenas y Quiroga), formando una familia de grandes hacendados influyentes en la política y la sociedad de aquellas lejanas tierras.
Un descendiente de esta familia, biznieto por parte materna de D. Antón, D. José Matías Delgado y de León, (nacido en El Salvador el 24 de febrero de 1.767), personaje ilustre hispanoamericano, sacerdote y político, está considerado como uno de los héroes impulsores de la Independencia de Centro-América en el Movimiento insurgente de 1.811.
Cabe, pues, a Cumbres de San Bartolomé la gloria, reconocida por los hispanoamericanos en este libro, de haber dado a estas tierras lejanas parte de la sangre y la savia que contribuyó a su independencia y liberación. (Libro: “JOSÉ MATÍAS DELGADO DE LEÓN” y el Movimiento Insurgente de 1.811” de Rodolfo Barón Castro, año 1.961 – Ministerio de Educación – San Salvador, El Salvador, C. A.).
En el siguiente cuadro podemos constatar lo dicho anteriormente y el nuevo descenso que sufre la población a causa de la guerra y la catástrofe del Castillo:
AÑO VECINOS HABITANTES
Siglo XVII 1.646 300 1.500
1.693 153 765
Siglo XVIII 1752 114 570
1780 98 490
pudiendo ver así cómo a mediados del siglo XVIII el pueblo llega a tener la exigua cifra de medio millar de habitantes.
El censo de Rodrigo Méndez Silva “Población General de España...”, (Madrid 1.645) que es un censo estimativo, pero “considerado como el primer jalón de la estadística provincial”, confirma estos datos: “La Villa de Cumbres Bajas está en la Sierra de Sevilla, 22 leguas distante, tiene una parroquia y dos ermitas, es abastecida de ganado cerduno, miel y caza, la habitan 300 vecinos, es del rey” (f. 208).
De las dos ermitas a que se refiere se trata, una la de La Aliseda, patrona de la Villa, que está “a dos leguas distante” (como aparece grabado en un cáliz existente en la parroquia), en la finca que lleva su nombre y que actualmente está en manos privadas como consecuencia de la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX (1.835). Por su arquitectura podríamos datar su construcción entre mediados del S. XV y primeros del XVI. La fachada lateral que da al Norte (mirando hacia el pueblo) está reformada con una puerta que data del año 1.790, según inscripción que encontramos grabada sobre esa misma fachada: “Esta obra se reedificó siendo mayordomos éstos: Tomás Ruiz Chamorro y José Sánchez Montero y Notario Fabián Sánchez Navarro, año 1.790”. Aparece otro nombre más de difícil interpretación. Efectuado árbol genealógico de estos nombres en los archivos de la parroquia en el año 1.972, en que visitamos la ermita y descubrimos esta inscripción, encontramos descendientes directos de los tres hasta nuestros días (Anexo I).
La otra ermita a la que se refiere era la del Hospital del Espíritu Santo, fundado por el clérigo Gonzalo Navarro, según testamento del mismo del 19 de agosto de 1.581, cuya copia la debemos al secretario del Ayuntamiento D. Laureano Grande-Caballero. Ultimamente la capilla sirvió de escuela de niños. En el año 1.961 fue enajenada por el Ayuntamiento y vendida, construyéndose sobre ella la Caja Provincial de Ahorros de Huelva, sin conservar la fachada o, al menos, la portada gótica de granito del siglo XVI y sin respetar la voluntad testamentaria de su fundador de permanecer enterrado allí. Este Hospital (centro de acogida de transeúntes, pobres y frailes de paso) “estaba dotado con varias fincas rústicas, con otras diversas rentas; un pósito cuyo capital excede a poco más de 20 fanegas de trigo y algún numerario” (Descripción de Madoz del siglo XIX). ¿Vendrá de ahí el nombre de “Cerca del Hospital?”. Los restos del clérigo se trasladaron en un “serón” al Cementerio municipal sin que nadie supiese de quién se trataba. Dice el testamento: “Ytem: mando que mi cuerpo sea sepultado en la Iglesia del Espíritu Santo, que es el Hospital que yo he hecho...” “Ytem declaro que yo tengo fundado un Hospital debajo de la advocación del Espíritu Santo en la dicha Villa con licencia y permiso del Reverendísimo Arzobispo de Sevilla...”.
La corporación Municipal actual ha dado nombre a esta calle como “Calle del Espíritu Santo”.
Los censos poblacionales de los siglos siguientes (XIX y XX), reflejan un aumento de la población hasta 1.970 (1.189 habitantes) que ya disminuye con respecto a 1.940 (1.516 habitantes), debido a las migraciones, teniendo en la actualidad (año 1.997) 587 habitantes.
CAPÍTULO IV: FORMAS DE VIDA Y SUBSISTENCIA
“La sociedad estaba formada por una mayoría de campesinos pecheros, es decir, sujetos al pago de tributos y obligados a prestaciones militares, propietarios, no obstante, de pequeñas suertes de olivar, viña y huerto” (M. M.). La mayoría de las fincas, pues, estaba en manos del clero y otros señores que se encargaban de dar trabajo o arriendos (aparcerías) al resto de la población.
Poco a poco se fueron reduciendo los baldíos para dar paso al cultivo del cereal por el sistema de “rozas”.
Estos sistemas beneficiaban al propietario y también al arrendatario, pues el dueño de la finca ponía el material y el grano para el cultivo y el trabajo era realizado por el que arrendaba la finca; mientras mejor fuera el grano y más interés pusiera en su trabajo el arrendatario, mayores eran los beneficios a repartir entre ambos.
Esta precaria economía subsiste hasta bien entrado el siglo XX en que se buscan nuevas perspectivas de bienestar fuera de la localidad (emigración).
Sirva de ejemplo de lo arriba expuesto el testamento del clérigo antes citado en el que deja en herencia junto a los miles de maravedíes de los “censos corridos” de aparceros, molinos de harina por toda la ribera, colmenas en cantidad, casas, tierras, huertas, miles de cepas de uvas, cantidad de nogales, caballerías, bueyes, vacas, bodegas con tinajas, palacios en Fregenal, etc. Para darnos una idea de sus posesiones nombramos aquí algunas de las tierras y heredades recogidas en el testamento, bien entendido que otras tierras no se nombran por estar recogidas en testamento aparte: “Nogales en la Ribera de Múrtiga y en las vegas de Torres, 7.000 cepas en Valdemoral, viñas en la Asomadilla, tierras de la Prueba, en El Campillo, La Hoya de los Romeros, pilar de la Dehesa, Dehesa de Hondos, Valle de Corrales, Campillo de Mingarabo, Valle de Lucía, tierra de Los Villos, Mari Ramos, Periago, La Pedriza, los Majuelos, los Abulagares, llanos de la Corredera y de las eras, umbría linde con el Vínculo, Valdemioro, Monte Morato, las viñas de La Cañada, la viña de Moredillo y la Asomadilla, Valdelobos, huerta junto a la fuente del pueblo, tierras por el Sillo, Gonzalo Gil, Vega del Escribano, etc...” La mayoría de estas tierras conservan aún el mismo nombre.
Es muy curioso, incluso, la existencia de esclavos allá por el siglo XVI, y que estos esclavos los tenga precisamente un clérigo, como claramente se desprende del citado testamento de Gonzalo Navarro (año 1.581): “Ytem mando que Juan el viejo, esclavo prieto y el otro Juan y María, esclavos cautivos míos que al presente tengo, sean libres de todo cautiverio y servidumbre y se le de carta de libertad...”.
“El padrón de 1.534 nos informa: “La cosecha de pan es únicamente buena en Cumbres de S. Bartolomé y Almonaster y excelente en C. Mayores”, añadiendo que “los arrieros y tratantes de Cumbres de S. Bartolomé llevan a vender la harina a los puertos de la mar y cargan pescado de retorno que venden por todo el reino”.
El mismo padrón nos habla de la abundancia de la cosecha de vino exportados fuera de la zona, dada su calidad. De este cultivo vinícola sólo quedan en nuestros campos algunos vestigios abandonados e improductivos, testigos mudos de un tiempo en que las cepas serranas eran labradas con sumo cuidado ya que producían un vino excelente, de alta graduación, estimado y ampliamente difundido por el reino de Sevilla. La persistencia del cultivo de la viña queda bien patente en todos los padrones de cuantías de las poblaciones de la Sierra de Aroche desde el siglo XV en adelante.
Por otra parte, el lino era cultivado en toda la Sierra, siendo de gran calidad y nombradía los de Cumbres Mayores. Así, en el Padrón de Cuantías de 1526 se detallan en Cumbres Mayores 11 oficios desarrollados por 15 personas entre los cuales están 2 tejedores y 2 alfayates (sastres); el resto de artesanos son: 1 mesonero, 1 ovejero, 1 carnicero, 1 gaitero, 1 barbero, 3 zapateros, 3 carpinteros, 1 boyero y 1 cordelero; es decir, la cuarta parte de los oficios tienen que ver con el lino en dicha localidad. Por su parte, las dos Cumbres, de San Bartolomé y de Enmedio, están evaluadas conjuntamente en el Padrón de Cuantías de 1531, y entre las dos, aparece un solo oficio detallado, y éste es un alfayate radicado en Cumbres de San Bartolomé.
La cabaña ganadera se componía de cabras y ovejas básicamente, llamando la atención la escasez de porcino y la enorme profusión de colmenas, aspectos todos que quedan fielmente reflejados en los Padrones de Bienes, única fuente para el conocimiento de la época, en su aspecto productivo” (M. M.). Sin embargo, en el censo más tardío de Méndez Silva) (año 1645) el cerdo se cita de forma especial en Aracena y Cumbres de San Bartolomé. Este mismo censo pone a Cumbres Mayores como productora de ganado, miel y cera. Era muy frecuente entre los agricultores el poseer varias colmenas. Pero como las colmenas podían ser destruidas con facilidad por el ganado y tanta importancia tenían, que en el siglo XV se reguló una ley muy severa para protegerla de los robos y para establecer la forma en que se debían construir los colmenares. Aún en nuestros días la miel se sigue produciendo, aunque en los últimos años (década de los ochenta) ha mermado casi hasta extinguirse, por culpa de la enfermedad que azota a las abejas (Varroasis), consecuencia de la trashumancia de las colmenas que vienen de fuera (valencianas sobre todo). En Aroche aún están en auge, aunque venidas también a menos.
En el siglo XIX (años 1.830-1.840) describe Madoz refiriéndose a Cumbres de San Bartolomé: Producción: Trigo, cebada, centeno y avena, siendo las 3 primeras especies las más abundantes. Las cosechas dan por un quinquenio 5.000 fanegas, suficientes para el consumo si no tuvieran que venderse parte de ellas para comprar otros efectos de primera necesidad; hay cría de borregos, chivos, lechones y vacuno, en número de 500 cabezas de los primeros, 300 de los segundos, 200 de los terceros y 15 de los últimos; hay abundante caza de perdices, conejos, jabalíes, liebres y ciervos, también lobos, zorros y gatos cervales, así como pesca en los arroyos, que se beneficia por forasteros. INDUSTRIA: Se ejerce con los 6 molinos harineros y el batán que se encuentra sobre la rivera de Múrtiga”. (Madoz). También se elabora aceite en un molino hasta mediados del siglo XX. Posteriormente se recoge y vende la aceituna como medio de subsistencia.
Sigue describiendo Madoz: “Las casas en número de 205 forman cuerpo de población. Tiene 2 calles cómodas y regulares; las demás forman una especie de barrio a medio empedrar y desaseadas; la plaza es bastante capaz, de 80 pasos de longitud por 60 de latitud... Tiene una escuela de primera enseñanza dotada con 2.200 reales y concurrida por 40 niños... La correspondencia se recibe de Cumbres Mayores 2 veces por semana... Tiene 255 vecinos = 1.020 habitantes... El presupuesto municipal asciende a 14.000 reales que se cubren con los censos de 3 dehesas que pertenecieron a los propios y fueron repartidas a los vecinos... La casa del Ayuntamiento está a medio construir y ruinosa”.
La Casa Capitular se reedificaría poco después: “Empezaron las obras en 1.894 y concluyeron en 1.904, siendo alcalde D. Fernando Díaz Alvarez y secretario D. Laureano Grande-Caballero” (placa del salón de Sesiones).
Vuelve a salir de nuevo lo del las tres Dehesas que poseía el Ayuntamiento. La primera vez cuando el incendio del Castillo en 1.643. Ahora (en 1.835), dice Madoz que habían sido repartidas entre los vecinos, los cuales con “los censos” (¿rentas?) contribuían al mantenimiento del Ayuntamiento. Cuáles fueron esas tres dehesas y a qué vecinos se les repartieron no lo sabemos. Puede que investigando a fondo en los Archivos lo podamos saber por simple curiosidad.
A finales de 1.888 se completa la línea del ferrocarril Huelva-Zafra con un proyecto que había sido aprobado por el gobierno de la nación al ingeniero de caminos Miguel Moruve, con una subvención de más de once millones de pesetas. Esto supone un avance para estos pueblos ya que esta importante vía de comunicación puede traer prosperidad económica y facilidad de relaciones con el resto. Como curiosidad destacar que, entre los años 1.954 y 1.956, el famoso “puente de hierro” (de 90 metros de largo y 35 de altura), fue sustituido por uno de hormigón, por su mal estado de conservación.
En 1.940 la población se sitúa en 1.546 habitantes (una de las cifras más altas de la historia), contando en la actualidad (1.997) con aproximadamente la mitad de esa cifra, debido, entre otras cosas, al gran auge de las migraciones producidas en las últimas décadas.
Actualmente por diversas circunstancias (no competitividad con los regadíos y la mecanización del llano, la peste porcina africana hace años, la enfermedad de las abejas, dificultades del terreno, etc.) desaparecen los cereales, se han extinguido las viñas, casi han desaparecido las colmenas, disminuyó algo la cría del cerdo, han desaparecido las huertas y frutales; las tierras, con las alambradas, se dedican más al ganado vacuno y ovino en lugares apropiados para el cerdo, necesitándose menos mano de obra. Además, por las características propias de su gente (poco emprendedora y muy conformista), por la dejadez de la administración etc., en el pueblo se han perdido los “oficios” (herrero, zapatero, carpintero, barbero...) existiendo sólo dos chacinerías menores con productos de gran calidad, algunos bares, albañiles y varios comercios que casi todo lo importan. Las características del campo actual, que requiere poca mano de obra, deben ser suplidas por el P.E.R. (Plan de Empleo Rural) que soluciona algunas deficiencias, junto a la venta de espárrago salvajes y setas (en especial gurumelos). La caza antes mencionada está en vías de extinción a causa del cambio de hábitat. Todo esto ha obligado a la emigración desde hace unas décadas.
Pero la circunstancia más grave que hace que la economía se resienta y el despoblamiento sea cada vez mayor es el siguiente: De las 14.200 Has. que tiene el término, tan sólo unas cuatro o, cuanto más cinco mil, son explotadas por hijos o vecinos de la localidad. El resto, nada más y nada menos que 9.200 Has. están en manos de forasteros que sólo dejan en el pueblo algún que otro puesto de trabajo.
Aquellas heredades que antaño pasaron del Clero y del Concejo a los vecinos, se han ido vendiendo o pasando en herencia a personas que viven en otras localidades en las que invierten su riqueza. Nuestro pueblo (el término) desgraciadamente podemos decir que ha quedado “reducido a un pañuelo”.
En cuanto a la organización eclesiástica, señalar que desde el siglo XIII, Cumbres de San Bartolomé pertenece, junto con La Nava, Cumbres Mayores y Cumbres de Enmedio, a la Vicaría de Almonaster, dependiendo ésta directamente del Arzobispado y Cabildo Catedralicio de Sevilla hasta 1.954 en que se funda el Obispado de Huelva y el Arciprestazgo de Cumbres Mayores. El culto estaba atendido por clérigos beneficiados por el Arzobispado. A principios del siglo XVI se aumentó la dotación para el pueblo, llegando a tener dos clérigos beneficiados. En este siglo funcionaban con gran auge la Hermandad de la Vera-Cruz y la de la Virgen del Rosario. Esta última Hermandad poseía algunas fincas, una de las cuales fue vendida en el año 1.764 para sufragar los gastos del retablo y reparación de la Imagen. De la Hermandad de la Vera-Cruz se conservan en el Archivo Parroquial, en pergamino, los Estatutos que la regían y que constituyen una verdadera obra de arte. Esta cofradía organizaba todos los años las Cruces de Mayo además de dedicarse todos los días del año a la asistencia de los enfermos y de los transeúntes que podían llegar enfermos a la población, para lo cual disponían del Hospital del Espíritu Santo.
Inserto a continuación un trozo del documento que se encuentra en el Archivo Municipal, legajo 289, solicitando la autorización para la venta de la tierra de la Virgen del Rosario. Dice así: “Juan Domínguez Navarro y Oliva, Cura beneficiado en la Iglesia Parroquial de la Villa de Cumbres de San Bartolomé, ante Udes. con el respeto que (frase ilegible) desea el mayor culto a Dios y a la Santísima Madre en esta su Iglesia, y para ello el que se le haga un retablo a María Santísima del Rosario; para lo que tiene ya la oferta de algunas limosnas de personas devotas; y no siendo éstas suficientes y por no perderlas, pues las dan para este fin: Suplico dé las facultades para que en pública subasta se venda un pedazo de tierra, o suerte, que Ntra. Señora tiene en la Villa de Cumbres Mayores de cavida a cuatro fanegas en el Sitio que llaman La Cumbre...”
Finalmente, como gran Colofón de este Compendio, cabe destacar que, guardado con el mayor orgullo y como una gran reliquia de la Historia de la Nación Española, se conserva en el Archivo Municipal uno de los originales del “PARTE-GRITO DE GUERRA DEL ALCALDE DE MÓSTOLES”, carta que éste hizo circular el dos de mayo de 1.808 por toda la geografía de España para incitar al levantamiento contra la invasión napoleónica.
Sobre esta carta tenemos un estudio muy interesante realizado por nuestra paisana Dª Felicidad Mendoza Ponce, doctorada en periodismo (Anexo 4). A raiz del conocimiento de la existencia de esta carta en nuestro pueblo, fueron muy numerosos los contactos establecidos con las Autoridades de Móstoles (desde tiempos de D. Laureano Grande Caballero hasta nuestros días), invitándonos a diversos actos e interesándose por la misma, y han sido numerosas las publicaciones en periódicos y revistas comentando el tema (se conservan en el Archivo Municipal). Hace unos días (primeros de mayo de 2.006), nos han visitado unos jóvenes estudiantes de Móstoles recabando información y anunciándonos el gran acontecimiento que allí se prepara para celebrar el dos de mayo de 2.008, fecha en la que se cumple el segundo centenario de este hecho histórico.
COMENTARIO FINAL
Como se puede comprobar (y a modo de resumen de esta historia), tenía razón el periodista que tituló “Cumbres de San Bartolomé, testigo de muchas batallas”. Esto es, en definitiva, la historia de un pueblo que apenas nacer como tal, está puesto en primera línea de fuego de una lucha contra Portugal que dura dos siglos (desde 1.250 hasta 1.479) a lo que se unen los ciclos epidémicos de las pestes del siglo XIV y la fuerte sequía de finales del Siglo XIV. Fue de tal magnitud que arruinó los campos, consiguió que el río Múrtiga se secase por primera vez y los molinos que en él existían no pudiesen funcionar, haciendo p.e. que La Nava se despoblase y abandonase en el año 1.387. No pensemos, pues, que sólo ahora hay sequías.
Viene la ansiada paz en 1.479 y el pueblo, pueblo esforzado y acostumbrado a la lucha, se rehace y prospera. Se viven 160 años (siglo XVI hasta mediados del XVII) como una época dorada en la que se crece en habitantes (desde 280 hab. En 1.426 a 1.885 hab. en 1.591), se cultivan y tienen fama los vinos de sus vides, se recolecta y prepara el lino en sus batanes, abundan los cereales y se vende la harina de sus molinos, se exporta abundante miel y cera. En 1.645 el cerdo ibérico es nombrado ya como riqueza en esta tierra. En definitiva, se vive en paz y el pueblo es capaz de arrancarle a sus tierras lo que éstas pueden dar. Es verdad que sólo había unos pocos dueños y el resto lo componían los campesinos a sueldo, pero esa misma situación es la que se vive en casi todo el resto de la nación.
La gente reía, cantaba y se divertía en medio de sus trabajos. Aún hay coplillas que oigo cantar muchas veces en este pueblo. “La cantidad de molinos era un aliciente para muchos arrieros de Extremadura y de Portugal que traían sus tradiciones y sus canciones que han quedado como si del pueblo fueran. De Portugal tenemos muchas palabras, tales como chero (olor y sabor que desprende la carne); fechar (cerrar la puerta con llave); choto (zurdo) y muchas más.
Cuando se reunían los arrieros extremeños en la posada o taberna del pueblo, solían cantar un tipo de canción jocosa que ensalzaba los encantos de la molinera y, al mismo tiempo dejaban al pobre molinero” así, así….
Ejemplo de algunas que, a veces, cantan en este pueblo:
La molinera luce Cuando la molinera
Buenos collares menea el culo
de la harina que roba le cae el molinero
de los costales. con el tarugo.
“La molinera La molinera gasta
le da con aire zapatos de oro
a la piedra y el pobre molinero
que muela” lo paga todo.
Pero los hados del destino estaban ahí y, de nuevo, en otra guerra con nuestra nación vecina (año 1.640) nos vemos involucrados como en la anterior y el pueblo vuelve a arruinarse hasta casi desaparecer.
Terminada esta guerra, el espíritu de lucha y esfuerzo que le vio nacer le hacen librar una nueva batalla: “La lucha por la supervivencia” en un medio hostil. Se lograría, tras un siglo de “andar por los despachos” que, en el año 1.745, los reyes rebajasen los impuestos y los cupos de soldados, debido a sus méritos en la defensa contra Portugal. Esta vez parece que le cuesta rehacerse ya que, según Madoz, a mediados del siglo XIX el pueblo está en mal estado, la Iglesia y el Ayuntamiento casi en ruinas. A pesar de ello, ya este mismo autor describe de nuevo la producción de cereales, miel y ganadería. Incluso se elabora aceite. Los bienes de los clérigos se desamortizan y pasan a otras manos y las dehesas del Concejo se reparten entre los vecinos. Vuelve a alcanzar un máximo de habitantes en el año 1.940 (1.516 habitantes).
El resto, hasta nuestros días, está en la mente de todos. La guerra de 1.936 y el comienzo de las nuevas migraciones.
Nunca otras adversidades han podido con nosotros. Siempre se ha luchado en solitario. Ante nosotros se abren nuevos caminos: Luchar unidos buscando nuevos recursos (industrias que elaboren nuestra producción, turismo rural, etc.). De reciente creación y en vías de desarrollo está la “Mancomunidad Sierra Occidental” que pretende que toda la Sierra trabaje unida para un mismo fin: Alcanzar un desarrollo y una economía mejores para un futuro estable de la zona.
CAPÍTULO V: MONUMENTOS Y PARAJES TÍPICOS
1.- Castillo: Muralla artillera, mandada construir por Sancho IV en 1.293, restaurado en parte hace pocos años. Al parecer es inminente su restauración total. Es de “planta trapezoidal con aparejo de mampostería incierta, con siete torreones y dos puertas de arco ojival archivoltado”: La Principal mirando al Este y otra más pequeña mirando al Sur. En parte del interior del Castillo se ha construido una plaza de toros rectangular. Desde finales del siglo XIX hasta primeros del XX fue usado como cementerio. Hasta esa fecha, y desde la fundación del pueblo, el cementerio estaba ubicado, como era costumbre, en los alrededores y, hasta dentro de la Parroquia.
Muestro a continuación un extracto muy escueto (por no alargar mucho esta obra), de párrafos (la mayoría copiados literalmente) de los trabajos realizados por el Arqueólogo, D. Timoteo Rivera Jiménez, y que titula:
1º.- Estudios arqueológicos previos. Castillo de Cumbres de S. Bartolomé (Huelva). Diciembre de 2.002
2º.- Intervención arqueológica puntual en el Castillo de Cumbres de S. Bartolomé (Huelva). Abril de 2.005.
Este resumen está confeccionado con vistas a insertar datos históricos, eludiendo todo lo que se refiere a estudios técnicos arqueológicos y de construcción. A veces cambio palabras menos inteligibles por otras más populares.
Desde aquí el agradecimiento a D. Timoteo Rivera Jiménez, que, en todo momento, ha estado dispuesto a facilitarnos sus trabajos.
“La Historiografía inserta a este Castillo como uno de los Castillos de la Banda Gallega, que defendía al Reino de Sevilla de posibles ataques o avances portugueses.” “…y también obedece a una política de Ordenación y control del territorio, propiciando la concentración en determinados núcleos frente a otros que se despueblan y abandonan, …ofreciendo más seguridad a la población.” Ejemplo de ello es el abandono del poblado medieval de la Aliseda” cuyos habitantes se vienen a Cumbres de S. Bartolomé. En consecuencia podemos afirmar, que se comienza a construir a finales del siglo XIII (1.293) a instancias del Rey Sancho IV y se finalizaría a mediados del XIV.” Es, pues, uno de los símbolos de la Arquitectura militar de la Baja Edad Media en la Comarca de la Sierra de Huelva.”
“Goza de una excepcionales condiciones de visibilidad, especialmente en la dirección de sus flancos Oeste (hacia el Cabezuelo), donde se encuentra el Castillo de Torres, el Castillo de Encinasola y el pueblo fronterizo de Barrancos (Portugal); flanco Norte (hacia Extremadura), dirección en la que se ubican los Castillos de Fregenal de la Sierra y Segura de León”; el flanco Sur da vista al lugar del Llano del Concejo, donde alguna vez se apostaron las tropas portuguesas y, por último el flanco Este, donde está ubicado el pueblo, mira hacia el Castillo de Cumbres Mayores.
“En el interior del patio de armas destaca la presencia de tres escaleras de acceso al paseo de ronda, dos aproximadamente simétricas situadas en el flanco Este (puerta principal), una de ellas destruida en su totalidad, y la otra restaurada en los años 80. La tercera se localiza adosada al Flanco Oeste y se encuentra también bastante deteriorada.”
“Coincidiendo con los conflictos bélicos se van realizando obras de restauración en el Castillo (de todas ellas hay documentos oficiales).”
“Entre 1.384 y 1.388, coincidiendo con la primera guerra con Portugal, es cuando se invierten mayores cantidades, hasta llegar a gastarse 12.666 maravedíes.”
“Entre 1.419 y 1.421 se reparan las puertas.”
“En 1.477 se vuelven a realizar obras, coincidiendo con el conflicto bélico entre los Reyes Católicos y Alfonso V de Portugal.”
“En el interior del patio de armas debieron existir numerosas estancias, tanto administrativas como de corte económico, doméstico y militar. Estas estancias probablemente se conserven en los más de dos metros de relleno que presenta el patio en su Flanco Norte.” Nota: Esta afirmación se hizo en el primer trabajo. En el siguiente se comprueba, como veremos, la veracidad de esta hipótesis.
“Un desgraciado incidente, la explosión del polvorín del castillo en 1.643, fue la causa por la que hubo que emprender una segunda reforma y que afectó especialmente al flanco Norte.” Este suceso coincide (según relatamos en esta Historia en el Cap. III) con la guerra sucesoria con Portugal, unida a la Corona Española entre 1.580 y separada nuevamente en 1.640. Sucedió el uno de diciembre de 1.643 (reinando Felipe IV), día en que se produce una gran ofensiva portuguesa.
Finalizadas las guerras con Portugal, el Castillo cae en desuso. A partir de ahora sólo va a servir como cantera de aprovisionamiento de materiales de construcción y redil de animales. “El uso del Castillo como cementerio a finales del XIX y principios del XX, la construcción de viviendas adosadas y la destrucción de las torres 3 y 7 en el S. XX, son hitos fundamentales en el proceso de abandono y deterioro que ha venido sufriendo.”
“En los años 80 se restaura su entrada principal y esperamos y deseamos tenga su justa y merecida continuación.”
Hasta aquí las conclusiones del primer estudio realizado en 2.002. Últimamente, en 2.005, el mismo Arqueólogo ha investigado excavando el relleno del Flanco Norte del Castillo, de lo que hago un pequeño resumen.
Sondeo 1º: Esquina Izda. del muro Norte.
A medida que se ha ido ahondando se han encontrado diversos estratos de relleno pertenecientes a diversas épocas, p.e. en un nivel se encuentran “cerámicas decoradas en manganeso, bajo cubierta melada, los vidriados en verde, y algún fragmento de blanca y verde sevillana, que remiten los siglos XIV al XV.” Siguiendo hacia abajo destaca la presencia de una moneda romana bajo imperial entre los siglos III al IV después de Cristo, y un fragmento de tegulae (teja romana). “Este último material, el romano, debe explicarse como resultado del aporte de materiales en la fase de construcción del recinto, ya que, en las proximidades del Castillo hemos documentado la presencia de un yacimiento romano, y que a tenor de los materiales existentes en superficie en ese lugar, pertenecen a este período.” Se trata del denominado “Cercado de la Cabeza” en el que se encuentran restos de cerámica Romana. En ese mismo nivel se encuentra “un fragmento que conserva el borde y parte de la base de un cuenco pequeño, curvo, blanco estañado, datable entre los siglos XII y XIII; varios fragmentos de cerámica verde y blanca sevillana…pertenecientes a la denominada loza arcáica, datable no más allá del siglo XIV, y cinco fragmentos de un mismo cacharro, correspondientes a un cuenco pequeño melado interior y exterior, también datable en torno al siglo XIV.”
En resumen, “el sondeo 1 nos ha permitido también corroborar la existencia de un importante nivel de relleno en esta zona del patio de armas, hipótesis de la que partíamos: En concreto 3,15 metros de profundidad.”
Sondeo 2º: Desde la plaza de toros hacia la torre 6.
“Este sondeo nos ha permitido documentar de forma precisa el desagüe que efectivamente hemos encontrado en perfectas condiciones de conservación, y con unas dimensiones de 0,70 metros de anchura por 0,73 de altura, y que apareció girado hacia la torre 6, y entre 2,10 y 2,20 metros en dirección al patio de armas.”
“Este sondeo presenta, entre los materiales arqueológicos recuperados, un amplio espectro cronológico, y que abarca desde el siglo XIV (cerámica verde y blanca sevillanas), hasta la segunda mitad del XVI, con fragmentos pertenecientes a las series de azul sobre blanco evolucionadas y blanca llana y también restos óseos.”
Se encuentran, así mismo, elementos constructivos que sirven en primer lugar para evitar el “taponamiento” del desagüe y, además, sirvió también para conformar una terraza de nivelación sobre la que asentar distintos edificios habitables en el interior del patio de armas.” Nota: En estos edificios estaban el polvorín y los habitáculos en donde se guardaba la documentación del municipio con el arca al que se alude en los párrafos dedicados al “incendio y explosión del Castillo.”
Concluimos, pues, que los trabajos han sido positivos y que “la documentación de las estructuras habitacionales es también un logro importante con vistas a ser considerados en el Proyecto de Restauración, enriqueciendo los contenidos museográficos del Castillo.”
2.- Castillo de Torres (fortaleza): “De planta pentagonal de 15 metros de largo y bastiones rectangulares en los ángulos, de finales del siglo XIII. Al exterior existe una construcción cuadrangular de 6 metros de longitud rodeada de escorias de material”. Construido para el mismo fin que el del pueblo, sobre el pico de un monte junto a la Ribera del Múrtiga. Desde un castillo se ve el otro. Está casi destruido y goza de unas estupendas vistas desde su altura. En su interior descubrimos un hueco (pozo o aljibe) excavado (tallado) en la roca, posible depósito de agua. Cuenta la tradición que había un túnel que llegaba hasta la ribera, cosa que no nos ha sido posible encontrar ni demostrar. Estos túneles suelen formar parte de “leyendas” y “mitos” populares sin fundamento.
Este castillo merece mención especial tanto por su importancia estratégica como por los hechos acaecidos en él.
“La importancia estratégica de este castillo justifica por sí sola los intentos de Sevilla por recuperarlo a su obediencia: “Porque no se puede pasar ni venir de Portugal en muy gran trecho sin pasar entre dos sierras en medio de las cuales está este castillo, que podrá fácilmente con poca gente defender el paso”.
Entre los años 1.440 a 1.477 (37 años) se convierte en refugio y centro de operaciones de bandoleros y malhechores que asolaban toda la Sierra de Aracena, Aroche y parte de Extremadura. Armados con piedras, saetas y espingardas robaban ganados y saqueaban las casas, teniendo atemorizados a todos los vecinos de los pueblos que continuamente se quejaban a los Reyes. A veces estuvieron capitaneados por los propios Alcaides del castillo y su tropa que se unieron a los bandoleros, como es el caso del capitán Ferrand Majías, apodado El Luengo.
En 1.477 la Orden de Santiago logra reducirlos y se hace con el control del castillo.
En 1.479, tras la firma del Tratado de Alcaçobas-Toledo, que dio fin al conflicto bélico con Portugal, se acuerda que la citada Orden de Santiago siga con su mantenimiento y defensa. En 1.489 se devuelve de nuevo al Reino de Sevilla (Nuria Casquete y su libro antes citado).
3-. Iglesia Parroquial de San Bartolomé: De planta basilical, de una sola nave, con tres interesantes portadas de cantería de estilo gótico tardío (siglos XIV al XV), magistralmente estudiada por Alfredo José Morales en su obra “Arquitectura popular de la Sierra de Aracena”. Hablando del templo, nos hace reparar en su cabecera ochavada y en numerosos detalles en los que se translucen la transición del gótico al estilo isabelino. De esta época contemplar el arco y las ventanas del Altar Mayor, la entrada a la capilla del Sagrario, las tres portadas y, posiblemente, parte de la torre, cuya conclusión pertenece al siglo XVII. La tipología de esta torre existe en la Sierra en muchos lugares más.
La reforma en el siglo XVIII (según algunos autores) de su única nave y el sobremuro formando arcos a lo largo de las paredes han dado un extraño aspecto a esta Iglesia. En el siglo XIX describe Madoz que la Iglesia está en ruinas. Dice así: “Hay una ermita en el Hospital en la cual está el Reservado por hallarse arruinada la Iglesia”. ¿Quiere esto decir que la reforma no fue en el siglo XVIII sino en el XIX?
O, posiblemente querrá decir que estaría algo abandonada, ya que según consta fehacientemente, el retablo de la Virgen del Rosario se construye en 1.764 ( siglo XVIII) estando ya reformada la Iglesia.
En esa reforma se superpone también el retablo que existió hasta los años 60 en que hubo de derribarlo por amenaza de ruina. Era un retablo renacentista construido de ladrillo y escayola y que ocultaba tras de sí las dos ventanas que hoy pueden contemplarse. A esta época (la de este estilo en el que se imita lo auténtico con pinturas sobre escayola), en la Historia del Arte se la denomina “la Época del mal gusto.” Se cubrían con cal los arcos y columnas de granito, las paredes, se camuflaban las buenas esculturas con mantos de tela dándoles un aspecto fantasmagórico, se construían retablos como el que hubo de derribar, etc., encubriendo así lo auténtico y original.
Debemos reconocer que lo que se realizó en los años 60 no era lo ideal (artísticamente hablando). Entonces no había subvenciones ni del Gobierno ni de la Iglesia. Se realizó con un gran esfuerzo de todos y se respetó lo encontrado. Sería deseable que, lo que entonces no se pudo llevar a cabo, se continuase algún día, respetando lo primitivo. Sería horrible volver a superponer el retablo de yeso y ocultar lo primitivo y auténtico.
En el interior del Templo hay dos tallas románicas de gran interés, restauradas en el año 1.996 por D. Jesús Mendoza Ponce – Consejería de Cultura – departamento de bienes muebles. Se trata de la Virgen de la Torre, en madera policromada de finales del siglo XIII, y Santa Ana con la Virgen (o Virgen del Pajarito), también en madera de la 2ª mitad del siglo XIV, y alude al ave que el Niño sostiene en su mano, como símbolo teológico del alma del cristiano o del poder de su Madre de dar vida. Se encuentra también la imagen de la Virgen de la Aliseda (Patrona de la Villa), en madera policromada - entre los siglos XV ó XVI – (hasta mediados del XIX estuvo en su ermita). Es de autor desconocido; Virgen majestad, en posición frontal tanto en la Madre como en el Niño. Ella porta en su mano derecha una piña de aliso y el Niño lleva en su mano izquierda la bola del mundo y con la derecha bendice. Un Cristo crucificado, en madera policromada, de la 2ª mitad del siglo XVII. Destacan igualmente la pila bautismal monolítica de mármol granítico y el altar barroco de la capilla del sagrario.
4.- Arquitectura popular con casas blancas y encaladas. Destacan grandes casas en diversos puntos, de mediados del s. XIX y primeros del XX. Merece mención la antigua casa parroquial, o “casa del cura”, en la plaza de la Iglesia, edificio grande de mediados del s. XVIII, con la fachada barroca en la que se puede ver un azulejo con la Giralda perteneciente al Cabildo Catedral de Sevilla. En la actualidad está con un gran deterioro, sobre todo en la techumbre, tras haber estado arrendada hasta nuestros días desde la posguerra del 36.
Las calles han perdido algo de su frescura popular con la solería de cemento en la mayoría. Tiene una fuente antigua de buenas aguas junto a la cual hubo un pilar decimonónico desaparecido hace años. Tres plazas ajardinadas en diversos puntos del pueblo.
5.- Parajes típicos que recrean la vista por su belleza: Piedra Utrera, Monturrio, Cabezuelo, Cercado de la Cabeza, Romanitos, Pico del Cañito, La Aliseda, Ruinas del Castillo de Torres etc. Y como curiosidad, el cortijo de “El Cebollar”. En su interior pueden apreciarse restos de la bóveda de una ermita, en el camino entre el pueblo y La Aliseda.
Respecto a senderismo goza su término de caminos que pueden hacer las delicias de los aficionados.
“El GR 48 en dirección a Encinasola y Barrancos y hacia Cumbres Mayores, con incursiones en la provincia de Badajoz, hasta Sevilla, alcanzando El Real de la Jara y transcurre de forma transversal por toda Sierra Morena. En los dos sentidos parte desde el pueblo.
“El GR 42 atraviesa transversalmente el término municipal, uniendo Segura de León (Badajoz) con Aroche. Éste no pasa por la población. Es prolongación de la Cañada Real Leonesa Occidental.” (Fajardo de la Fuente)
El “Camino largo” ó “Camino de la Sierra”, que parte desde el “Monturrio” y enlaza con la carretera N. 435 y con el camino de Cortegana.
Interesan también el camino de Higuera la Real (Badajoz) y otros muchos que aún no acaba la Administración de deslindar y quitar las trabas que, con el tiempo, los propietarios de las fincas han ido interponiendo para sus propios intereses.
CAPÍTULO VI. FIESTAS Y GASTRONOMÍA
FIESTAS
1.- Romería en honor de la Virgen de la Aliseda (organizada por su Hermandad), el tercer domingo de mayo. Romería de reciente instauración (año 1.954), que se celebra en terrenos privados cedidos ese día para tal fin. Se lleva a la Imagen en procesión acompañada de tamborilero, cantes por “sevillanas”, fandangos y todos los ingredientes típicos de las romerías andaluzas.
2.- Fiestas patronales de San Bartolomé, alrededor del 24 de agosto, donde se combinan los actos religiosos el día del Patrón con los deportivos y festivos (matinales y bailes nocturnos en la caseta). Desde hace unas décadas han vuelto a instaurarse los festejos taurinos típicos tradicionales (capeas) en el interior del castillo.
3.- Fiestas patronales de la Virgen de la Aliseda, alrededor del 8 de septiembre. En tiempos pasados (hasta mediados del s. XIX) era trasladada la Imagen a hombros de los vecinos desde su ermita hasta el pueblo, para la celebración de su fiesta el 8 de septiembre, parándose en las diversas cruces que jalonaban el camino (“dos leguas”), siendo la última la Cruz del Cabezuelo (tradición oral). Actualmente se celebra en el pueblo una novena antes del día 8, día en que la Virgen sale en procesión por las calles de la localidad. Aparte se realizan diversos actos culturales y verbenas populares.
GASTRONOMÍA
. Jamón y productos del cerdo en general, de excelente calidad.
. Gurumelos (nombre común de la Amanita ponderosa).
. Espárragos salvajes, migas con patatas, gazpacho y bollos de patatas.
. Perrunillas, prestines, piñonates y flores con miel. Se ha perdido bastante la elaboración casera de estos productos, típicos de toda la Sierra en la antigüedad dada la producción de miel y almendras en la zona.
. Cabría destacar el uso del Cilantro o Culantro fresco en diversos platos fríos y calientes como específico de la zona y de la ineludible influencia portuguesa.
CAPÍTULO VII: DATOS DE LA GUERRA 1.936 – 1.939
(Extraído del libro “La Guerra Civil en Huelva” de Francisco Espinosa Maestre. Diputación Provincial de Huelva, año 1.996).
En la Guerra Civil española de 1.936, la sublevación, por los motivos que fueran, válidos o no, de unas fuerzas (generalmente de “derechas”) contra la República legalmente establecida, la provincia de Huelva hubo que conquistarla pueblo a pueblo. “Cuando la toma era inminente, la mayoría de los dirigentes políticos y sindicales huyeron en unión de los obreros más significados, temerosos de la represión y en busca de lugares donde la resistencia estuviera mejor organizada. Otros prefirieron quedarse o volver a sus pueblos creyendo ingenuamente la propaganda del General Queipo de que a los que ningún delito hubiesen cometido nada les pasaría”.
“Cuando los sublevados llegaban a los pueblos su tarea consistía en asaltar y saquear los centros izquierdistas y los domicilios de los más significados... En muchos casos es la propia columna la que antes de partir para el pueblo siguiente llevaba a cabo los primeros fusilamientos”. “Las gestoras que quedaron en los pueblos, integradas por los sectores más violentos del franquismo, permanecieron en el poder hasta finales del 36 y comienzo del 37, momento en que se consideró concluida la
“Por parte de la izquierda, en los primeros días fueron detenidas por orden de los Comités cientos de personas conocidas por su actitud contraria a la República...”. “También un gran número de sacerdotes. Salvo contados casos la inmensa mayoría de estas personas no sólo conservaron la vida sino que no sufrieron daño alguno” (hablamos sólo de la provincia de Huelva).
Sin embargo “fueron asaltados y destrozados numerosos casinos y círculos, sedes tradicionales de la derecha. Como institución más afectada materialmente destacó la Iglesia” con destrozos, quema de imágenes y actos sacrílegos por parte de mineros y grupos radicales incontrolados. (No consta esto en nuestro pueblo).
Ante la inminente caída “los dirigentes izquierdistas huyeron hacia Badajoz el 17 de septiembre del 36, dos días antes de que llegara la columna de Valera Paz” con infantería, intendencia, carabineros, requetés, falangistas, médico y practicante. “Cumbres de San Bartolomé y Cumbres de Enmedio cayeron en esta operación el día 19. En Cumbres de San Bartolomé los derechistas habían permanecido en sus domicilios en calidad de detenidos sin que nada les ocurriera...” “Los daños causados en los edificios religiosos de estas localidades fueron realizados por algunos de los milicianos que a partir del 29 de julio se concentraron en esta zona y que el día 5 de agosto rindieron el cuartel de Cumbres Mayores. Entre los huidos de Cumbres de San Bartolomé se encontraban Manuel Sánchez Gómez, José y Pedro Melo Antón, Laureano Fernández Rodríguez, Andrés Delgado González, José Manuel Moreno Vargas, Agustín Sáez Rodríguez, Evaristo Borrero Bayo, Angel Sánchez Rodríguez, Francisco Carrascal Rodríguez y Juan María Pérez Ruiz”. “Muchos de estos huidos, y sus familias en muchos casos, se dirigieron hacia Fregenal de la Sierra” ya que en Extremadura era donde más fuerte estaba la resistencia.
Entre los fusilados de forma selectiva (los más destacados) están:
· Francisco Carrascal Fernández: Alcalde en mayo del 36. Fusilado en Cumbres Mayores el 24 de octubre de 1.936.
· José Melo Antón: Asesor del Ayuntamiento en febrero de 1.936. Fusilado en fecha y lugar desconocidos. (según fuentes orales ocurrió con toda certeza en el pilar de las Lagunillas, donde estaba escondido junto a su hermano Pedro, que no consta como fusilado en este libro).
· José Manuel Moreno Vargas: Concejal en febrero de 1.936. Fusilado en Huelva el 18 de septiembre de 1.937.
El resto de fusilados, edad y oficio, pueden consultarlo en el libro de referencia, páginas 593 y 613.
Se insertan estas páginas en el compendio histórico del pueblo, además de cómo historia que es, con el objeto de que esta misma historia (que es “maestra de la vida”) nos enseñe a todos a que la convivencia en paz y en libertad nunca se conseguirá con la violencia y el terror que genera odio, muerte y desolación, y sí con el respeto mutuo de nuestras ideas.
Ermita de la Aliseda
Fue visitada por un grupo de amigos, entre los cuales se encontraba el autor de este trabajo en abril de 1.972 con el fin de conocerla.
Según nuestros limitados conocimientos en la materia, deducimos que se trata de un edificio construido tal vez en la primera mitad del siglo XVI, y que fue “reedificado” dos siglos después. Un edificio rectangular, de paredes sólidas, con la entrada principal mirando al Este. Forma esta entrada un arco gótico sostenido por dos columnas de mármol. El techo descansa en su interior sobre dos arcos del mismo estilo. En la fachada lateral (la de la foto), que mira al Norte, hacia nuestro pueblo, aparece una portada de estilo más reciente (siglo XVIII), con una inscripción en el frontón borrada casi en su totalidad que dice: “Visitó esta casa en el año de...”, con el resto ilegible.
En lugar aparte encontramos un capitel de mármol que, por su forma, pensamos que podría haber servido de peana para la Imagen de la Virgen. Esta pieza se encuentra actualmente en la Parroquia del pueblo, donada generosamente por los dueños de la finca.
Nos llamó poderosamente la atención una inscripción que aparecía borrosa, grabada sobre la pared en la parte derecha de esta fachada, enmarcada dentro de un dibujo sobre el que, en varios trozos, aún aparece el color ocre. Con gran esfuerzo pudimos descifrar el texto: “Esta obra se reedificó siendo mayordomos estos: Tomás Ruiz Chamorro y José Sánchez Montero ................?, y notario Fabián Sánchez Navarro, año de 1.790”, fecha ésta pues en que se abrió la portada que se ve en la foto.
El dibujo lo reprodujo sobre el papel uno de los componentes del grupo (Angel Díaz Gómez), y es el que presentamos como anexo I.
En los archivos de la Parroquia aparecen esos tres nombres. Siguiendo su descendencia por línea directa de varones llegamos en la actualidad hasta la 6ª generación (los nacidos sobre los años 1.920 – 25). Los tres árboles genealógicos quedaron expuestos en el Teleclub. Sólo se ha conservado el de Tomás Ruiz Chamorro, guardado celosamente por Brígida Ruiz Vargas, descendienta directa. (Son notas del folleto de la Romería de 1.972, firmadas por el Equipo “amigos de la Historia”).
Ese mismo año se organizó una peregrinación hasta la Ermita, con celebración de Misa de Campaña y comida campestre al estilo de una pequeña Romería.
Actualmente el grabado y la fachada están ocultos por una construcción adosada al muro.